jueves, 5 de octubre de 2017

El cuento de las dos hojas



Cuando aparece  la oportunidad de cambiar ante nosotros, podemos debatirnos entre la ilusión de probar cosas nuevas o el miedo a lo desconocido. 

El miedo a lo desconocido  ocupa un tiempo importante en  mi aula. 
Es un miedo que necesita ser expresado; lejos de hacernos los valientes, necesitamos canales de comunicación y sentir que ante esa pulsión emocional hay acogida en nuestro entorno cercano. Acogida no es consuelo, sentirme acogida es tener la seguridad de poder sentirme triste manifestando mis sentimientos sin inhibición, sin juicio externo.


Con el siguiente cuento hemos bailado, hecho teatro, dibujado, imaginado...


Con el siguiente cuento ha aparecido la palabra miedo, desvanecimiento, muerte, viaje, viejo, basura, oportunidad...

Con el siguiente cuento nos hemos salido de esa pequeña zona de confort y nos hemos dejado llevar.

Con el siguiente cuento la incertidumbre y lo inevitable cobran especial relevancia.

Cada viaje es único, personal e intransferible.






EL CUENTO
                  
Érase  una vez un par de hojas que habían pasado toda su vida juntas en lo más alto del árbol del parque .

Al llegar el otoño, todas sus hermanas se cayeron muy prontito, pero ellas, como estaban muy a gusto juntas, decidieron que no caerían al suelo. A ellas les gustaba ver desde arriba los coches correr, los niños y niñas jugar, los ancianos pasear y a la barrendera coger todas las hojas hermanas suyas que ya habían caído.

Pero una fría mañana de otoño, el viento sopló más pronto y más fuerte que de costumbre y las dos hojas se vieron enredadas entre sí y a punto de caer al suelo.

¡Qué horror! ¡Caer al suelo! Eso no les gustaba nada. Les pisaría la gente, se llenarían de barro... Y al final, terminarían en el carro del barrendero.

 “No”, pensaron.

Lo mejor será que nos abracemos y nos quedemos pegaditas al árbol. Así ni el viento podrá con nosotras.

Estuvieron algunos días pegaditas al árbol. Pero aquella situación no podía durar mucho.


El otoño avanzaba. El sol cada día calentaba menos y se escondía más pronto. 

Las noches eran cada vez más largas. El árbol gigante, en esas circunstancias, cada día tenía menos fuerzas para dar de comer a las dos hojas amigas que no querían morir.

Una de aquellas mañanas frías de otoño, las dos hojas amigas que vivían en el árbol gigante del parque, muertas de frío y de hambre, caían derechitas al suelo donde la barrendera las recogería para juntarlas con otras basuras y terminar arrugadas, manchadas y oliendo mal.

Lo de oler mal, estar sucias  y parecer viejas, no les gustaba. 

¡Cuántas lágrimas derramaron mientras bajaban del árbol!

Ellas querían vivir, divertirse viendo gente, volar a otros países, ser felices...

En un último esfuerzo por sobrevivir, las dos hojas amigas se dejaron llevar por el viento y nadie supo nunca dónde fueron ni las aventuras que vivieron.

¿Nos lo podrías contar tú...?


 ¡Imagínatelo!


Montañas, bañarse en charcos, jugar con la arena, ver el mar, el espacio, mundos fantásticos...

Si cierras los ojos y escuchas una música suave podrás viajar más lejos y más adentro.



Solo por un momento ayúdate de la nuevas tecnologías para conocer tu entorno cercano y lejano.  Cuando somos  niños, a veces sentimos miedo de ir a lugares nuevos.

Pincha  en la imagen para  pasear y descubrir nuevos lugares sin salir del cole,  sin moverte del sillón... con la PDI, la tablet o el ordenador.



 Barrio, calles, ciudad, otras ciudades...

El pueblo donde estuve en vacaciones...

Busca tu casa, la de tu amiga, la de tu abuelo...





EN CLASE O EN CASA PODEMOS  EXPERIMENTAR CON  UN PAR DE HOJAS SECASY DARLAS VIDA  CON UN POCO DE  IMAGINACIÓN. 
AQUÍ TIENES ALGUNA IDEA PARA CREAR A LAS PROTAGONISTAS DE ESTA HISTORIA.




NUESTRAS DOS HOJAS HAN VIVIDO UNA GRAN AVENTURA Y ASÍ DE  RADIANTES LUCEN EN EL PASILLO DEL COLE
Creaciones realizadas por alumnos/as de 5 años en la clase de la Luna durante el curso 2020-21


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