sábado, 27 de mayo de 2017

El capullito que quería volar


                               ¿Quién me lo contó?



Guardado entre otro montón de cuentos que siempre están listos para ser CONTADOS,  que no leídos, volvió a caer entre mis manos esta pequeña joya que no se a quién pertenece, pero que me  "he apropiado" para compartirlo con todos los que quieran disfrutarlo. 

Prepara la magia, porque sin magia no funciona.

Sólo con magia puedes ayudar a que tu auditorio llegue a descubrir lo más importante y valioso. 




En aquel jardín lleno de lindas flores, Capullito no se sentía contento. 

¿Sabéis por qué? Pues muy sencillo: quería volar como los pajarillos.

-¡Yo quiero volar, mamá! ¡Yo quiero ser un pajarito!.

Y su mamá, que era una rosa muy blanca y que exhalaba un grato perfume le decía:

-Tú eres una flor y has de conformarte con tu suerte.

Pero Capullito no estaba contento y aquella misma tarde le dijo a un pajarito:

-¿Qué puedo hacer para volar como tú?

Y el pajarito respondió:

-Mueve los pétalos como si fueran alas, y a lo mejor echas a volar. ¡Adiós Capullito! ¡Me voy a tierras lejanas!

Capullito vio como su amigo, el pajarito, se elevaba hasta perderse en el azul del cielo, y pensó que su amigo era afortunado al poder ir y venir de la tierra al cielo y del cielo a la tierra.

Y Capullito se puso a mover los pequeños pétalos como si fuesen alas.

Naturalmente, no se movió de donde estaba. Su mamá asustadísima le regañó.


-¡Capullito, no hagas eso, que puedes perder tus hermosos pétalos!

Pero no hizo caso y se pasó un buen rato moviendo los dos pétalos más grandes que tenía.

Y tanto los movió que le cayeron al suelo y aunque sintió un profundo dolor no por eso se asustó. 

Como todavía le quedaban muchos pétalos empezó a mover otros dos. 


Pero también éstos se le cayeron al poco rato. 


Su mamá asustadísima no hacía más que repetirle:


-¡Capullito, no hagas eso que te quedarás sin pétalos!

Pero Capullito, dale que te dale no hacía caso y pretendía echarse a volar.

Hasta que perdió todos los pétalos y se puso muy triste.

Entonces su mamá se echó a llorar.


Menos mal que Doña Mariposa  era muy amiga de la mamá de Capullito  y venía de visita.

-¡Ay, doña Mariposa! !Mi hijito Capullito ha pretendido echarse a volar y ha perdido todos sus pétalos! ¿Qué podría hacer yo?

-No te preocupes que eso tiene arreglo –contestó la mariposa.

Y se echó a volar en dirección al bosque cercano, donde conocía un hada muy buena a la que contó lo que había sucedido en el jardín de las flores.

El hada sonrió, tomando su varita mágica se presentó en un instante en el lugar que le indicó la mariposa.

-¿Por qué has hecho eso, Capullito? –le preguntó el hada buena -¿Es que no te gusta ser una flor?

Capullito se echó a llorar y dijo que estaba arrepentido de lo que había hecho. 

Entonces el hada buena le tocó con su varita mágica y en un momento le nacieron unos pétalos hermosísimo.


Y nunca más pretendió echarse a volar.



Y colorín colorado este cuento se ha acabado

y colorín colorete por la chimenea sale un cohete.





El juego dramático siempre es muy bien recibido por un  grupo de niños/as

Yo no suelo esperar a que conozcan  el cuento para representarlo por primera vez. Mientras vamos descubriendo el cuento vamos descubriendo las características y las emociones de los personajes, su voz, su aspecto imaginado... 


Y así se construye la comprensión del cuento sin necesidad de preguntas tipo entrevista.


 Si el cuento gusta y encaja, que a veces suele suceder, ellos mismos lo representarán solos cuando tengan la oportunidad, el tiempo y el espacio.



Ideas para el juego dramático:
Hacer movimientos de brazos como si quisiera volar. De pronto, dejar de mover un brazo simulando que es un pétalo caído y mover el otro. 
Cuando se paralice el otro brazo, caer al suelo simulando que acabó el vuelo.

Representar los personajes según se va narrando:

Capullito: pétalos con tela de colores
Mamá de Capullito: maquillada de rosa de color blanco.
Pajarito: con alas de papel de seda
Doña Mariposa: maquillada de mariposa
 Hada: envuelta en telas grandes y varita

Recrear la historia con marionetas de palo poniendo vida a los personajes (teatrillo, televisor...) en el rincón del cuento.



Pero la magia se produce cuando me identifico con el protagonista "EL CAPULLITO"  y, empiezo a pensar si yo quiero ser otra "cosa" distinta a lo que soy. Yo me lanzo expresando la primera y espontáneamente salen a flote los deseos de los demás expresados a gritos .


¿Y si puedes elegir?

¿Quién quieres ser?

¿A quién te quieres parecer?


Pero no  solo para un rato, sino para mucho mucho tiempo; y recorren por  la clase variedad de personajes fantásticos y reales que nos hacen soñar por un momento en un mundo virtual sin necesidad de tecnología punta.

Es de imaginar la cara que se le pone al niño que quiere ser un perro cuando entre todos vamos describiendo la vida de un perro. Si es un perro doméstico lo de comer comida seca en un cuenco en el suelo, pareció no ser tan rico como unos macarrones con tomate. Salir a hacer sus necesidades a la calle tres o cuatro veces al día con una correa en el cuello empezaba a no sonar muy bien...


Y así, así... se desgrana tu forma.


Es divertido cambiarte por un momento, ¿verdad?

¿Para qué quieres parecerte a otro?


Acaso ¿no te gustas tú?

Y así, así... se desgrana lo maravilloso que eres tal como eres.

Difícil convencerte cuando tienes 4 años de edad, cuando puedes transformarlo todo en un pis pas. Un palo en  caballo, una caja en un barco, un sueño en realidad...

Traducción: CACHORRITO






El objetivo:
Amarse a uno mismo, tal y como eres.
Y hacer tu sueño de ser,  realidad.





Fuentes: Colección personal de cuentos
Fotos de niños/as de 4 años 2017 .








viernes, 12 de mayo de 2017

¡Somos unos profesionales!





Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca…
Hay que medir, pensar, equilibrar…
y poner todo en marcha.


Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia concentrada.


Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.


Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.


Soñar que, cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada

(Gabriel Celaya, poeta)





martes, 9 de mayo de 2017

Es mío

A una  nueva madre cuyo nombre guardo en silencio 

 Deseo que sea portadora de un pequeño brillo de felicidad



Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de si misma.

No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.

Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.

Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual, tus hijos 
como flechas vivas son lanzados.

Deja que la inclinación 
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.
 
                                                       

Kahlil Gibran



¿La felicidad de quién?

Ahora te reto a buscar en ti tu propia definición de felicidad sabiendo que esa definición probablemente no coincidirá con la de tu hijo/a. 

Porque, vais a tener pensamientos distintos, emociones distintas, caminos distintos, palabras distintas, acciones distintas, sueños distintos, amores distintos, fracasos distintos... Siempre distinto aunque nos parezca igual.

Pon en juego tu necesidad de control y aprovecha para perderlo un poco.

Y a ese hijo que no es tu hijo sino hijo de la vida:
¿Vas a servirle como un fiel súbdito para que alcance su felicidad? o ¿vas a protegerlo tanto  que no le falte de nada, que  no sufra nada, que no arriesgue nada? 

No alcanzará la autonomía con  tu superprotección, dependerá de ti (o de otro/a) por completo.





¿Vas a impulsarlo para que sea un hombre libre, una mujer esclava?
¿Un hombre con criterio propio, seguro de si  mismo?
¿Un objeto?




Lo tienes difícil cuando piensas y dices ya antes de nacer "es mío"

Ahora que está llegando aprende a perderlo. 

Tienes por delante la más maravillosa de las oportunidades, amar sin medida, conducir con mesura y despertar a la niña que llevas dentro, que no es otra que tú misma. 

Esa  niña es la que tiene que estar siempre muy bien cuidada, es la niña que te mantiene firme en tu madurez 


 Deseo que seas portadora de un gran destello de felicidad.