Es básico, trascendental y mágico, favorecer la pintura y el garabateo libre y semidirigido manipulando colores y diferentes instrumentos y soportes (manos, pinceles, rotuladores…)
Todos los colores juegan.
Nuestra función como educadores:
NO INTERFERIR.
PERMITIR LA EXPRESIÓN. INCULCAR LA CREACIÓN Y NO LA COPIA.
En Educación Infantil cuando EL NIÑO/A DIBUJA: SUEÑA.
Aunque nosotros no percibamos “su historia”,
cuando dibuja se divierte tanto, se concentra tanto en su proceso, que no
piensa en lo que nosotros queremos ver
sino en lo que él/ella quiere “decir”.
De los 2 a los 4 ó 5 años, el dibujo es
expresivo, no hay intención de representación, dibujan lo que sienten, es principalmente una actividad motora, y
por ello procuro no alentar a que
pinten cosas concretas y si
planteamientos que generen motivación, porque su actitud es más de exploración
y experimentación.
Es un
período en el que SE CREA, pero no
hay intencionalidad previa, sus dibujos SON
RESULTADOS FORTUITOS DEL SENTIMIENTO Y EL MOVIMIENTO.
El miedo al error inhibe la creatividad. Nadie se equivoca cuando dibuja lo que siente. Ofrezcamos los materiales y la oportunidad de explorar y de expresar, de construir y de no esperar nuestra valoración (en términos de bien, mal, bonito, feo...)
DAR VALOR a una obra de arte, al dibujo de un/a niño/a, es invitarle a firmarla y exponerla para que la podamos admirar. Y, como mucho, describir lo que vemos, lo que sentimos y no evaluar o juzgar.
Os invito a leer un libro que habitualmente recomiendo a muchas familias y del cual podemos sacar valiosas conclusiones sobre cómo usar el elogio con responsabilidad:
“Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen”. De Adele Faber y Elaine Mazlish. Edit. Medici.
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