Había una vez una
niña que se llamaba María.
Vivía al borde de un río.
La
casa de María estaba entre dos colinas.
Sobre una colina estaba PUEBLO VERDE.
Y
sobre la otra colina estaba PUEBLO AZUL.
Los niños y niñas de PUEBLO
VERDE lo pasaban muy bien.
Los que no lo pasaban tan bien eran sus animales...
Las niñas y niños de PUEBLO
AZUL vivían muy contentos.
Las que no vivían nada eran sus plantas.
Además, los niños y niñas del PUEBLO VERDE no eran amigos/as de los del PUEBLO AZUL, ni los niños/as del PUEBLO
AZUL eran amigos/as de los del PUEBLO VERDE.
María vivía entre
los niños/as verdes y los niños/as azules.
Era amiga de los
animales y de las plantas, pero también quería ser amiga de los niños/as azules y
de los niños/as verdes.
Los niños/as de PUEBLO
VERDE no la querían porque no era verde...
...y los niños/as de
PUEBLO AZUL no la querían porque no era azul.
María lo había
intentado todo, pero nada le había dado resultado.
Aquellos niños y niñas no querían ser sus amigos.
María se sentía
cada día más sola.
Un día llegó a llorar tanto que sus propias lágrimas la
borraron y se volvió invisible.
Como María se había
vuelto invisible, los niños verdes no se daban cuenta de que la niña estaba con
ellos...
...y no comprendían
por qué les fallaban todas las trampas que preparaban contra los niños azules.
María también
pasaba muchos ratos entre los niños azules, aunque ellos no se daban cuenta
porque no la veían...
...y no comprendían
por qué se estropeaban las armas que preparaban contra los niños verdes.
Como
María conseguía deshacerles todas sus barbaridades, los niños y niñas verdes tuvieron
que inventar otras distracciones. María
procuraba que los juegos nuevos de los niños/as verdes fueran menos salvajes.
Los niños y niñas azules,
para no aburrirse, idearon también nuevas actividades...
...y después de
algún tiempo se interesaron por los juegos de los niños/as verdes. Pensaron que, a
lo mejor, jugar con ellos/as era más divertido que pelearse con ellos.
Y los niños/as verdes
y los niños/as azules acabaron por hacerse amigos y jugar juntos en el valle.
Y estaba muy
contenta porque tenía muchos amigos y no estaba sola.
A nadie le importaba ya
que no fuera ni verde ni azul.
Autores:
J.L. García Sánchez.
M. A. Pacheco
Ulises Wensell
ESTO ES VERDAD
Y NO MIENTO
COMO ME LO CONTARON
TE LO CUENTO
Y NO MIENTO
COMO ME LO CONTARON
TE LO CUENTO
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