viernes, 4 de marzo de 2016

Alas de pato

"... después de una pelea de patos, que nunca dura mucho, los patos se separan y flotan en direcciones opuestas. Después, los dos agitan vigorosamente las alas varias veces, liberando así el exceso de energía que se acumuló durante la pelea. Después del aleteo, siguen flotando apaciblemente, como si no hubiera ocurrido nada." 



Patos en el río Carrión en Villamuriel de Cerrato (Palencia)


Este pequeño relato les gusta a los/as niños/as de mi clase de la luna que con sólo 3 años saben ya agitar sus  alas en muchas situaciones. 
Lo practicamos casi siempre al empezar una sesión de meditación o de relajación y aprendemos a canalizar la energía . Intentar hacer como el pato se ha convertido en una técnica que queremos integrar en la actividad cotidiana y habitual porque ese es el sentido . No puede quedarse guardada en la sesión de meditación, encerrada solo en ese momento. Llegará un día que no tengan al maestro o a la maestra que dirija la sesión y, que les recuerde agitar las alas. 
Integrarlo para vivirlo y crecer. 
Eso es meditar.




"Si el pato tuviera una mente humana, mantendría viva la pelea a base de pensar, de inventar historias(...) Es de imaginar lo problemática que sería la vida del pato si tuviera mente humana. (...) Ninguna situación ni suceso se acaba nunca. Somos una especie que ha perdido el rumbo. Todo lo natural, todas las flores y árboles, todos los animales, podrían enseñarnos lecciones muy importantes si nos parásemos a mirar y escuchar."


"AGITA LAS ALAS - que se traduce cómo LÍBRATE DE LA HISTORIA- y vuelve al único lugar de poder: el momento presente."


Nuestra técnica particular consiste en agitar las manos enérgicamente acompañando el movimiento con la respiración, con gritos, sonidos, verbalizando emociones que queremos sacar fuera, fuera el enfado, fuera la rabia, fuera... fuera el dolor, fuera el daño.

No es necesario ir cargando con el pasado.



Y me he dado cuenta estos días que los niños y niñas pequeños son expertos en agitar las alas; somos los adultos los más necesitados. Será que con el tiempo, según vamos creciendo, vamos perdiendo nuestras capacidades. 
Y si dudas, observa al/a niño/a (entre 2 - 6 años) después de una disputa, una pelea... rápido olvida, rápido vuelve a sonreír, rápido vuelve a jugar contigo.


¡Adultos! Somos nosotros los que les hacemos perder la capacidad de agitar las alas con nuestras historias, mensajes y reacciones.  Cuida lo que piensas, cuida lo que dices, cuida lo que haces.



Textos del capítulo 5: El cuerpo dolor:- El pato con mente humana. Del libro "Un mundo nuevo, ahora." De Eckhart Tolle.